22 de noviembre de 2010

SANTIAGO FINAL DEL CAMINO

Santiago de Compostela, capital de Galicia, es por excelencia la ciudad del peregrino. Desde la Edad Media los cristianos han regentado el camino santo que conducía hasta las puertas de esta ciudad. Última parada del caminante: la Catedral de Santiago de Compostela, corazón de la ciudad, una buena prueba del galardón del que goza, ya que Santiago de Compostela fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1984 por la UNESCO.
Santiago de Compostela es una ciudad pequeña que invita al visitante a perderse por sus calles. De sus 100.000 habitantes cerca de un cuarto son estudiantes universitarios y dotan a la ciudad de una sobrada vitalidad con una destacada actividad nocturna así como una amplia oferta cultural.
Conserva las huellas del arte románico, gótico, barroco, renacentista y neoclásico. Impresiona la belleza de un casco antiguo que cubre la mayor parte de la ciudad. Cuatro plazas son las que dividen el conjunto histórico: Platerías, Quintana, Azabachería y Obradoiro. Sin duda, esta última, es el epicentro de la ciudad y también el final del camino para los peregrinos. Lugar donde se encuentra la fachada de la Catedral, este templo guarda el emblema que ha hecho tan famosa a la ciudad, se trata de las cenizas del Apóstol Santiago. Descubrimiento que la convirtió desde el siglo IX en uno de los santuarios más importantes de toda la cristiandad. En la plaza de Obradoiro se encuentran además, el claustro, el palacio Arzobispal, el hospital de los Reyes Católicos y el palacio de Raxoi. Buscando unos ojos que miren al conjunto de la ciudad, el monte del Pedroso es el lugar idóneo para quedar embelesado por las vistas que ofrece, el atardecer ilumina al templo con una luz muy particular, dejando unas estampas de una belleza singular.
En la mesa que no falte el «pulpo a la gallega»
La cocina compostelana está enmarcada en la típica cocina gallega. Es sobre todo paraíso para aquellos a los que les guste la cocina marinera, pues en esta tierra hallarán la mejor y más variada selección de pescados y mariscos.
De las típicas especialidades a probar en estas tierras las vieiras son el plato estrella, tiernas, grandes y sabrosas, se preparan del modo más original. Igualmente el viajero observará las grandes ollas con el delicioso pulpo a la gallega, receta obligada para el que llegue a la ciudad. Otros platos populares y típicamente gallegos son el caldo de grelos, caldo hecho con una verdura muy típica de Galicia, o la famosa empanada gallega.La repostería es también riquísima y variada, la más famosa receta es quizás la fina tarta compostelana, elaborada con almendras. Entre los vinos más populares, el Albariño, delicioso blanco joven e ideal para acompañar al pescado.

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