Hay miles de caminos, uno para cada peregrino. El Camino no es más que un medio, un terreno que se pisa, una senda por la cual se desplaza el peregrino. El punto de partida es su hogar. Debería, pues, haber tantos caminos como hogares. No obstante, el peregrinar a Santiago, precisamente por su carácter cristiano, fue desde su origen una decisión abierta a la comunidad, tanto por su destino (la tumba del Apóstol), como por su realización (en comunidad) y su significación: construir el Reino de Dios. De ahí que andando hayan configurado un Camino como punto de encuentro entre quienes tienen el mismo empeño vital; lugar de amor y solidaridad entre los habitantes de los pueblos y los peregrinos que los transitan; Si bien los Caminos a Santiago fueron múltiples, con el tiempo se van concretando en determinadas rutas, aquéllas que favorecidas por reyes y órdenes monásticas, estaban jalonadas de monasterios y hospitales que auxiliaban y protegían al peregrino.
El Camino Francés. Ya en el siglo XII el Codex Calixtinus describe las cuatro vías principales en Francia, la Vía Turonense, que salía de París, la Vía Lemovicense, que partía de Vezelay, y la Vía Podense que se iniciaba en Le Puy se unían poco antes de entrar en España por Roncesvalles. Por último estaba la Vía Tolosana que cruzaba el Pirineo por Somport, continuaba por Jaca y se juntaba en Puente la Reina con la que bajaba de Roncesvalles. El Camino que seguían desde aquí a Santiago se conoce como Camino Francés. Es la gran ruta de 750 Km que enlaza Europa con el norte de España: Aragón, Navarra, Rioja, Castilla y Galicia, y llega hasta el "fin de la Tierra" de los hombres medievales. Es el camino que surge pocos años después de la aparición del cuerpo del Apóstol y se convierte desde el siglo X en el eje que articula la consolidación del imperio de Alfonso VI y Alfonso VII, que permite la normalización del culto traído por los cluniacenses frente a la iglesia española mozárabe. Es la gran ruta comercial en la que se fundan y crecen las ciudades: Jaca, Pamplona, Logroño, Burgos, Carrión de los Condes, León, Astorga, etc. Y sobre todo, es el gran camino espiritual, popularizado por el Codex Calixtinus de Aymeric Picaud, que atrajo a millones de peregrinos durante la Edad Media, aunque desde el renacimiento vivió un lento declive, hasta casi borrarse en el recuerdo de los siglos. La recuperación en los últimos años de esta ruta comenzó con los trabajos específicos: Las peregrinaciones a Santiago de Compostela, de Vázquez de Parga, Lacarra y Uría; y con Las peregrinaciones jacobeas, de Luciano Huidobro, ambas escritas en los años cuarenta del siglo pasado. Estos trabajos jacobeos permitieron recuperar el legado de los Caminos de Santiago.
La Ruta de la Costa. Además del Camino Francés, existen otras rutas de peregrinación. A principios del XIII al incorporarse a la Corona de Castilla, Alava y Guipúzcoa, se fundan ciudades y mejoran las comunicaciones. Por ello algunos peregrinos que provenían de París y Burdeos, siguen por la costa hasta Bayona, penetran por Irún, Tolosa , Vitoria y desde allí enlazan con la ruta tradicional en Santo Domingo de la Calzada o en Burgos. A partir del siglo XVI serán Roncesvalles e Irún las puertas principales por las que entran los peregrinos procedentes de Europa. La ruta de la costa por tierra es más tardía, y en realidad nunca llegó a ser un camino único. La peregrinación a Oviedo para adorar las reliquias de la Cámara Santa, enlaza con la peregrinación a Santiago. Unos peregrinos iban a Oviedo desde León, otros lo hacían a la vuelta de Santiago. Por último algunos iban por la costa desde Irún, éste era el más penoso por la escasez de hospitales.
Los Caminos Portugueses. Los Caminos Portugueses son muy variados, pues al igual que en España, los peregrinos brotaban de todas las comarcas para dirigirse a Compostela. Básicamente por tierra se pueden resaltar tres El Camino Portugués del Interior, también llamado Central, utilizado por Santa Isabel de Portugal en su peregrinación; el Camino Portugués del Norte y el Camino Portugués de la Costa, también llamado Monacal. Evidentemente también accedían por mar.
La Vía de la Plata. Otro camino iba de Zamora a León, siguiendo la ruta romana llamada "Vía de la Plata". En la provincia de Zamora había una cofradía llamada de los Falifos que se dedicaba a dar albergue y socorro a los peregrinos, y a construir calzadas y puentes. Esta Hermandad se remonta a la primera mitad del siglo XVI. La Vía de la Plata es la ruta que siguen los peregrinos de las tierras occidentales del sur y centro de la península. Así, desde Sevilla, marchaba sobre la calzada romana hacia Mérida, Cáceres, Salamanca y Zamora. Desde aquí, bien podía continuar hacia Astorga, donde se unía al Camino de Roncesvalles; dirigirse a la frontera con Portugal para marchar hacia Braganza, capital de la montañosa región de Tras-os-Montes (denominación esta última que algunos dan a éste Camino), en vez de dirigirse a Chaves, antiguo lugar de confluencia de peregrinos portugueses y marchar a Verín y Orense, donde se une a Vía de la Plata en su variante Sanabresa; o también tomar desde Zamora hacia Puebla de Sanabria y Orense, para ya dirigirse a Santiago. A la Vía de la Plata también se dirigían los peregrinos andaluces orientales, vía Granada y Córdoba que se unían a los anteriores en Mérida.
Los Caminos de Levante. Los Caminos de Levante (Valencia, Alicante), atravesaban el centro penínsular y se unían a la Vía de la Plata en Salamanca o Zamora, después de recorrer Albacete, Toledo y Avila. Aunque también podían tomar rutas más septentrionales (Cuenca - Madrid) y marchar al encuentro del Camino de Roncesvalles.
El Camí de Sant Jaume. El Camí de Sant Jaume, que partiendo del Monasterio de Montserrat recorre Cataluña en dirección a Zaragoza. Antiguamente los peregrinos catalanes podían desviarse en Lérida hacia Huesca y unirse al Camino Aragonés a la altura de Puente la Reina de Jaca. Esta variante actual no llega a Lérida y un poco antes, en Tárrega, se desvía y toma hacia Huesca. Más adelante, pasado Loarre, vuelve a desviarse y en vez de marchar a Puente la Reina de Jaca lo hace hacia San Juan de la Peña y Santa Cilia de Jaca, donde ya se une al Camino Aragonés.
La Ruta de la Lana. La Ruta de la Lana es el Camino que seguían ganaderos, esquiladores y peregrinos desde tierras manchegas y desde Cuenca subían hasta Burgos.
El Camino de Madrid. El Camino de Madrid sale de la capital de España y atraviesa la Sierra de Guadarrama por el puerto de la Fuenfría (1.790 mts.), para dirigirse sobre la calzada romana hacia Segovia y Valladolid y terminar uniéndose en Sahagún al Camino de Santiago.
El Camino de GuadalajaraEl Camino de Guadalajara. La Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Guadalajara en la actualidad está estudiando un trazado que permita a los peregrinos Alcarreños marchar a Compostela. Transcurría a través de El Casar, El Vellón, Guadalix de la Sierra, Soto del Real y Manzanares del Real, donde se unía al Camino de Madrid. Otra posibilidad sería tomar rumbo norte y unirse a la Ruta de la Lana.
Los caminos del Ebro. Los Caminos del Ebro recogen a los peregrinos del Levante y Cataluña y siguiendo el valle del río Ebro los lleva hasta Zaragoza y Logroño, donde se unen al Camino de Santiago.
La Ruta del Mar. Finalmente la ruta del mar, era seguida sobre todo por ingleses que desembarcaban en La Coruña, Muros, Noya, Los Caminos del Ebro recogen a los peregrinos del Levante y Cataluña y siguiendo el valle del río Ebro los lleva hasta Zaragoza y Logroño, donde se unen al Camino de Santiago.
La Ruta de la Costa. Además del Camino Francés, existen otras rutas de peregrinación. A principios del XIII al incorporarse a la Corona de Castilla, Alava y Guipúzcoa, se fundan ciudades y mejoran las comunicaciones. Por ello algunos peregrinos que provenían de París y Burdeos, siguen por la costa hasta Bayona, penetran por Irún, Tolosa , Vitoria y desde allí enlazan con la ruta tradicional en Santo Domingo de la Calzada o en Burgos. A partir del siglo XVI serán Roncesvalles e Irún las puertas principales por las que entran los peregrinos procedentes de Europa. La ruta de la costa por tierra es más tardía, y en realidad nunca llegó a ser un camino único. La peregrinación a Oviedo para adorar las reliquias de la Cámara Santa, enlaza con la peregrinación a Santiago. Unos peregrinos iban a Oviedo desde León, otros lo hacían a la vuelta de Santiago. Por último algunos iban por la costa desde Irún, éste era el más penoso por la escasez de hospitales.
Los Caminos Portugueses. Los Caminos Portugueses son muy variados, pues al igual que en España, los peregrinos brotaban de todas las comarcas para dirigirse a Compostela. Básicamente por tierra se pueden resaltar tres El Camino Portugués del Interior, también llamado Central, utilizado por Santa Isabel de Portugal en su peregrinación; el Camino Portugués del Norte y el Camino Portugués de la Costa, también llamado Monacal. Evidentemente también accedían por mar.
La Vía de la Plata. Otro camino iba de Zamora a León, siguiendo la ruta romana llamada "Vía de la Plata". En la provincia de Zamora había una cofradía llamada de los Falifos que se dedicaba a dar albergue y socorro a los peregrinos, y a construir calzadas y puentes. Esta Hermandad se remonta a la primera mitad del siglo XVI. La Vía de la Plata es la ruta que siguen los peregrinos de las tierras occidentales del sur y centro de la península. Así, desde Sevilla, marchaba sobre la calzada romana hacia Mérida, Cáceres, Salamanca y Zamora. Desde aquí, bien podía continuar hacia Astorga, donde se unía al Camino de Roncesvalles; dirigirse a la frontera con Portugal para marchar hacia Braganza, capital de la montañosa región de Tras-os-Montes (denominación esta última que algunos dan a éste Camino), en vez de dirigirse a Chaves, antiguo lugar de confluencia de peregrinos portugueses y marchar a Verín y Orense, donde se une a Vía de la Plata en su variante Sanabresa; o también tomar desde Zamora hacia Puebla de Sanabria y Orense, para ya dirigirse a Santiago. A la Vía de la Plata también se dirigían los peregrinos andaluces orientales, vía Granada y Córdoba que se unían a los anteriores en Mérida.
Los Caminos de Levante. Los Caminos de Levante (Valencia, Alicante), atravesaban el centro penínsular y se unían a la Vía de la Plata en Salamanca o Zamora, después de recorrer Albacete, Toledo y Avila. Aunque también podían tomar rutas más septentrionales (Cuenca - Madrid) y marchar al encuentro del Camino de Roncesvalles.
El Camí de Sant Jaume. El Camí de Sant Jaume, que partiendo del Monasterio de Montserrat recorre Cataluña en dirección a Zaragoza. Antiguamente los peregrinos catalanes podían desviarse en Lérida hacia Huesca y unirse al Camino Aragonés a la altura de Puente la Reina de Jaca. Esta variante actual no llega a Lérida y un poco antes, en Tárrega, se desvía y toma hacia Huesca. Más adelante, pasado Loarre, vuelve a desviarse y en vez de marchar a Puente la Reina de Jaca lo hace hacia San Juan de la Peña y Santa Cilia de Jaca, donde ya se une al Camino Aragonés.
La Ruta de la Lana. La Ruta de la Lana es el Camino que seguían ganaderos, esquiladores y peregrinos desde tierras manchegas y desde Cuenca subían hasta Burgos.
El Camino de Madrid. El Camino de Madrid sale de la capital de España y atraviesa la Sierra de Guadarrama por el puerto de la Fuenfría (1.790 mts.), para dirigirse sobre la calzada romana hacia Segovia y Valladolid y terminar uniéndose en Sahagún al Camino de Santiago.
El Camino de GuadalajaraEl Camino de Guadalajara. La Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Guadalajara en la actualidad está estudiando un trazado que permita a los peregrinos Alcarreños marchar a Compostela. Transcurría a través de El Casar, El Vellón, Guadalix de la Sierra, Soto del Real y Manzanares del Real, donde se unía al Camino de Madrid. Otra posibilidad sería tomar rumbo norte y unirse a la Ruta de la Lana.
Los caminos del Ebro. Los Caminos del Ebro recogen a los peregrinos del Levante y Cataluña y siguiendo el valle del río Ebro los lleva hasta Zaragoza y Logroño, donde se unen al Camino de Santiago.
La Ruta del Mar. Finalmente la ruta del mar, era seguida sobre todo por ingleses que desembarcaban en La Coruña, Muros, Noya, Los Caminos del Ebro recogen a los peregrinos del Levante y Cataluña y siguiendo el valle del río Ebro los lleva hasta Zaragoza y Logroño, donde se unen al Camino de Santiago.
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